La cuota del mal

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

cuartoscuro_738094_digital UN ATENTADO contra un Secretario de Seguridad (Extraordinaria frase, hay que leerla y releerla a ver si así atendemos su verdadera dimensión) es un drama de consideraciones gravísimas que, si algo demuestra, es que quienes perpetraron el intento homicida lo hicieron porque tenían motivos para verlo muerto. ¡Quia! Because of reasons, en maravillosa (no) explicación anglosajona. Hasta ahí tendríamos que leer, aunque sea para que los de la incontinencia verbal soporten las ansias de devorar el teclado los primeros 15 minutos. Yo entiendo que ejercer de miserable es un deporte de riesgo al que hay que contribuir continuamente. Pero nos podrían ahorrar sus obsesiones en la incertidumbre y salir con un «Jódase, _____«, que es más económico. Es muy comprensible, pues, que existan pequeños narcisos académicos que necesiten constantemente que les den palmaditas y les masajeen el ego, triste que su inflamado pecho no pueda ni tener la consideración mínima por una mujer asesinada. Sigue leyendo

Peligrosos ejercicios de conciencia

JORGE LEY

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Uno de los ridículos penales más significativos de los últimos años ocurrió en Madrid. Un fiscal persiguió a un par de titiriteros por «enaltecimiento del terrorismo» al observarse en una de sus obras una pancarta con el lema «Gora-Alka-ETA». El objetivo de la pancarta, enmarcada en la actuación de una representación teatral, consistía en denunciar una cacería de brujas organizada desde el poder vigente a unos manifestantes. Cosa curiosa porque la persecución, como en Los Simpson, pasó del juego hipotético, la ficción, a la realidad de los tribunales. El esperpento ocurría cuando de ETA no quedaba nada, más que unos huesos propios de ser estudiados por arqueólogos. Como si del Tercer Reich solo quedaran los hornos porque sus miembros o están en cárceles o están en tumbas o alguno restante está prófugo. Se dio la graciosa circunstancia, en su momento, de que a los titiriteros les confiscaron las peligrosas herramientas con las que amenazaban la seguridad nacional: Los muñecos, por ejemplo, fueron reducidos de inmediato. Por su peligrosidad, más que en algún almacén, deberían haber sido puestos a disposición de los investigadores Warren, que tienen la muñeca «diabólica» Annabelle metida en su museo. Sigue leyendo

«Regresen al twitter y al sillón»

Jorge Ley

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El panorama en México incluye a policías federales siendo embestidos por una camioneta, saqueos múltiples en unos 20 estados, entradas forzadas a ayuntamientos, marchas generalizadas y un gobierno en estado de putrefacción que de tanto mover a México, lo ha puesto a 15 minutos de Venezuela. Y vaya, no ha llegado AMLO aún a tocar pelo. La salvajada del 20% en el aumento de la gasolina ha desplazado la protesta del sillón, el twitter y las charlas de sobremesa a la calle. Cosa deseable y que, sin embargo, parece incomodar demasiado a quienes pedían que los demás, los quejosos, se pusieran los zapatos para «hacer algo». Sigue leyendo

Mientras los tanques entran a la ciudad…

Jorge Ley

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El argumento es un cliché andante: Un grupo criminal secuestra a un empresario para pedir un rescate. El giro: Familia del empresario secuestra a la madre de una de las cabezas del grupo criminal para utilizarla de seguro de vida ante lo que podría pasarle a la víctima. Por suerte, no hubo aquí desenlace Tarantiniano y las familias no quedaron en algún lugar alejado del pueblo para resolver el conflicto a tiros. No se necesita, de todos modos, demasiada motivación para iniciar una guerra entre apellidos; basta con que un niño le tire un huevo a otro, como en San Luca. Lo que no hubiese pasado de una charla entre dos madres tratando de disculpar a sus respectivos hijos mientras los padres «dirimían» responsabilidades hablando de fútbol, acabó convertido en una matanza generacional entre clanes enfrentados. Y todo por un huevazo.
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