TRAVESÍAS RUSAS (II) | Jorge Ley
Si uno quiere palpar el estado real de descomposición albiceleste, le basta con rebobinar el video del partido mucho antes del calamitoso error de Willy Caballero en la salida, causante de un desplome tal que los futbolistas argentinos comenzaron a deambular por el campo como pollos sin cabeza. Basta con atender los gestos de Messi toda la ceremonia previa, como si hubiera visto la fatalidad de los suyos tallada en piedra, en una revelación apocalíptica.