FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley
Partía respecto a esta eliminatoria con una convicción profunda, que es como comenzar a ver cualquier cosa encadenado a un prejuicio: Ole Gunnar Solskjær es el entrenador del Manchester United y sus aires de Ferguson a punto de perder la virginidad, con esa aura de rebeldía y eficiencia juvenil que se sacó de quién sabe dónde la dirección mancuniana, son una amenaza para cualquiera. Fue irónico al final. Ofensivamente irónico. Porque el Manchester United pudo haber salido al campo con dobles de riesgo en lugar de futbolistas, como primerísimas espadas de Hollywood, y ese aire a gol finalista de Ole seguiría rondando Old Trafford como fantasma. Al menos, todavía lo huelo.
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