¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley
UNO de mis highlights de la semana, imposible negar mi espíritu conmovido, fueron los apasionados abrazos reales y figurados que se llevó el diputado Porfirio, al que, hace menos de un año, los que tanto utilizan como discurso de quita y pon «contrapoderes» y «democracia» (Basta pronunciarlas para darle solemnidad hasta a un abanico) ponían a caer de un burro por ¡prócer golpista! ¿Recuerdan la obra? Muñoz Ledo, empeñado hasta el alargue en quedarse con la presidencia del Congreso, hasta que el presidente de la República le bajó los humos y mandó sus ambiciones a la congeladora parlamentaria, ese frío y tétrico lugar de nadie en el que deben estar parapetadas esas iniciativas legislativas para esa clase media (¡más!) empobrecida y una baja al borde del desahucio. Perdónenme la antipatriota digresión. Es divertido tener presente estas súbitas transformaciones de rol ahora que, ¡again!, elevan a Muñoz Ledo a categoría de estadista redimido y de la prístina transición por oponerse a las pretensiones del PT y parte de Morena. Esta gente es capaz de santificar un cabestro si se alinea contra cualquier cosa que identifiquen como 4T. Porque la democracia no es en ellos objetivo, sino coartada. De partidos a medios.
Sigue leyendo