¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley
LA OTRORA candidata independiente y ciudadana (TM) de la Sociedad Anónima y Algún Civil y hoy penúltimo sacrificio expiatorio Xóchitl Gálvez, discrepo, por cierto, con su adjudicada fecha de caducidad (sus tragicómicos eventos en Tiktok como si fuera una secundaria promedio de Los Simpson quedarán), tuvo una unción a cielo abierto cuando López Obrador (casualmente) elevó a un fantasma para el gran público y unos intelectuales en fuga emocional y analítica utilizaron los diarios para contarnos que una funcionaria sustancialmente gris y ministra de Estado con Fox se convertiría en La Candidata de La Gente. El nudo es que nuestras cabezas más lúcidas sí pretendían que ganara y hasta lo creían, que es casi peor. ¡Que los sigan regando de dinero público que la meritocracia intelectual y La Democracia (TM) lo amerita!
Perdió por 30 puntos. Y si hubiese perdido por 35 no habría pasado nada. Como si la oposición oficial y extraoficial esperara la transformación de Gálvez en una trituradora de esperanzas morenistas y no en una experta en el harakiri reputacional. Pero que carguen el muerto a la señora X es injusto. No fue ella la que interrumpió las que, ojito, nos insistieron que eran las primarias abiertas más ciudadanas e independientes de la historia y cortadas a mitad de camino, con varios contendientes denunciando dados cargados y con los académicos que se prestaron al proceso saliendo eyectados desde el inicio porque no se cumplían las condiciones previas.
Gálvez tampoco dirigió a la coalición funeraria al cataclismo electoral del que se rehúsan a salir y que en todo un sexenio jamás se dignaron a arreglar. ¡Como para quejarse del masoquismo de los electores morenistas! Ni en caras nuevas, ni en procesos políticos, ni en disculpas públicas, ni en políticas distintas hubo algo a lo que llamar cambio cosmético. Tal inutilidad estratégica y operativa solo podía lograrse al poner tu destino en manos de lumbreras con micrófono y mirreyes sexagenarios con severos problemas de incontinencia verbal y aceptación del otro más allá del subordinado; latigueros inflados cuyo contacto con la realidad más patente es el que consiguen con sus empleadas domésticas y cuyo bagaje intelectual se resume en regurgitar un editorialillo random de Corralinus o algún otro lunático indocumentado de youtube. Por ahora, y gracias a dios, rinconcillos menores de una turba radicalizada en el desprecio al subalterno, al pobre.
Pero sería hasta inhumano descalificar el éxito de sostenerle a la 4T (¡a ver si en la próxima!) un decorado que aparentará como que pinta algo y que se queda muy corto hasta respecto a la suma de Anaya y Meade tras un sexenio pandémico con miles y miles de víctimas, una crisis económica producto de la misma (se salió mucho mejor que otros, también es cierto), y una violencia disparada todavía a niveles entumecedores. Ya prescribir a una candidata con pasados ad hoc para elegir como personaje de videojuego y pedir que mintiera sin construir los aparatos de propaganda precisos fue la penúltima genialidad táctica de una inteligentzia que, es indudable, no merece los calificativos gruesos de AMLO. ¡Todo lo contrario! ¡Que cuelguen el retrato de todas esas lumbreras que vienen a decir al resto lo inútiles e imbéciles que son en la nueva residencia de Sheinbaum, por favor! ¡Que en ese encefalograma plano con piernas que encumbraron se nota el triunfo de Los Listos a los que la injusta vida vuelve a castigar!
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