¡Oh, no, la Línea 12 es propaganda!

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

EL DERRUMBE de la línea 12 dejó más de una veintena de muertos y cientos de heridos. Misma línea que fue inaugurada cuando no existían las condiciones para ello pero que cumplía cabalmente su papel asignado de propaganda política. Aquello no fue un error, sino diseño de origen. Partamos de este hecho ineludible y salgamos a decir que todo lo ocurrido después ha sido una tragedia del destino, un desafortunado accidente. A alguno poco le faltó para decir que se trató de un desastre natural como si hubiera llegado del cielo o lo hubiera traído Thor. Eso es justo lo que, una vez desplomado el metro, salieron a deslizar los simpáticos aspirantes a carguito público de este gobierno a los que ni una negligencia potencialmente criminal les impidió hacer el trabajo sucio de embarrar la escena, de meterse en el vertedero para lavar las culpas. Al contrario ¡Es con los cuerpos calientes cuando más empeño hay que ponerle!

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