Sírvanse un Lozano en pandemia

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

No entiendo el escándalo excesivo que desencadenó la buena nueva de COPARMEX estos tiempos de desdicha y zozobra: ¡Javier Lozano! Numerosos especialistas en psicología recomiendan una desconexión mental y hasta espiritual de cualquier referencia al coronavirus, un momento de sofá y manta con el que desalojar por unos minutos la pandemia y sus angustias. Gustavo de Hoyos, presidente de la patronal, nos brindó la carcajada más sonora posible y, una vez ventiladas las tensiones, arrojó al pobre vocero vital por la ventana. ¡Vaya si resultó (y as usual) especial! Es un suceso cruel, pero no más cruel que lo que estamos pasando. Y así hay que desaguar el asunto.

TV Azteca pone (más) muertos

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

TELEVISIÓN Azteca, voz de sus cachorritos mediante, se ha convertido en un peligro público para la sociedad y como un peligro público hay que tratarla. El ente llamado pueblo, con un absoluto rechazo al posicionamiento falsario de una televisora que ha puesto sus intereses empresariales y privados, no por encima del bienestar general, sino en contra del bienestar general. Y el gobierno, respondiendo más allá de los pañuelitos blancos con los que el Presidente de la República y la todavía existente ministra de Gobernación (¡Ya la han visto!) tratan de replicar a los peligrosos berrinches del insurrecto en jefe.

Lo que jamás cambia

FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley

SOLO una camarilla selecta de auténticos elegidos sería capaz de romper el FC Barcelona en mil pedazos cuando el resto del mundo está en pausa y a otra cosa. Son, sin duda, més que unos dirigentes. Sin obviar, claro, que dirigentes es probablemente lo único que no son. Y al Barça así hay que quererlo. El reseñable mérito del elefante en cacharrería, todo sea dicho, es imposible no reconocérselo a quienes con tanta soberbia, revanchismo e incompetencia han movido los hilos del club desde hace años. Como en una tragicomedia difícil de digerir hace 23 capítulos, la Junta de Bartomeu, sus pavorosos vestigios, ha logrado darle una pátina de credibilidad a la de Rosell, insostenible analíticamente para quien haya hojeado más de tres segundos los diarios de información deportiva (¡Y los generalistas!) la última década. Naturalmente, hay que referirse a los que siguen religiosamente con el sacrosanto oficio del periodismo y no son movidos desde atrás como los Muppets, que al menos son graciosos de origen y no se les notan tanto los hilos.

Aquejado de inmovilismo

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

EN LOS entregados rapsodas de la transformación y hasta en sus mayores detractores; enemigos, directamente, existe un error de base: Pensar que esto iba de creer y hacer cosas de izquierda. Que sería de izquierda. Y que lo sería con frecuencia. Como el presidente habla(ba) de recuperar el Estado, como insistía en separar el poder político del económico, que el proceso de cambio se asemejaba a una gran reforma socialdemócrata, progresista, en sentido contrario al camino andado por décadas de descarado y, ¡peor aún!, presumido neoliberalismo. Y yo estoy a favor de que se presuma hasta de las miserias. Tiene un punto higiénico ad hoc indudable. Las etiquetas ideológicas, al final, son discutibles más allá de algunos puntos de partida asumidos mayoritariamente.

Me divierto y aprendo con Gatell

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

ES INDISCUTIBLEMENTE divertido asistir al repaso diario, o ajuste de cuentas vespertino, según se vea, del encargado López Gatell, no por el contenido de «la cuestión», que suele ser deprimente y melancólico por más que todavía no empiece el chorreo constante y explosivo de contagios, sino por el turrón continental delicioso que lo envuelve. Nos referimos, obvio, a esos impagables (Y, muchas veces, no pagados) reporteros que han colocado su rostro a la altura de las autoridades y van de protagonistas, sanguijuelas o perfectísimos ignorantes. No los culpo, ¿Quién querría estar enterado hoy día en lugar de meter la cabeza en una zanja? Me conozco a varios.