Sigan su camino

FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley

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A LA PREGUNTA de por qué el aún presidente Bartomeu y su grupo de descarriados vitales persisten en la profanación moral y estratégica de desterrar cualquier atisbo de dignidad y operatividad básica de sus funciones hay que replicar con un simple pero firme: Porque ellos son así y cometerían un grave error político haciendo cualquier otra cosa. Esta junta (Que es la extensión poco agraciada -¡Sí se puede!-, pero más entrañable de Rosell) comenzó despreciando la figura totémica de Johan con el asunto de la insignia y prosiguió la infamia votando en blanco esa moción que representaba fielmente su icónica «Votar sí a echar a Laporta es votar no a Cruyff». Aquellos aciagos tiempos en los que pedían una acción de responsabilidad contra la antigua Junta y la votaron divididos como directiva a modo de disfraz. Muestra inequívoca que son despiadados y el mismo culmen de la inconsecuencia. Para esta gente hacer las cosas como cualquier cabeza pensante sería un grave error político porque quizá los votantes, los socis, no encontrarían sino un actor poco genuino al que difícilmente le dejarían las llaves de su casa una noche fuera. Sigue leyendo

El monstruo que fue David

IN MEMORIAM | Jorge Ley

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A la columna se llega forzado por las circunstancias, que son los jefes, o de forma vocacional. Y David Gistau era más que un escritor de periódicos, un prescriptor obligado de la actualidad sin más pretensiones que las estrictamente laborales, David moldeaba vocaciones sin quererlo, más allá de las cercanías personales y hasta el puro conocimiento existencial, y lo hacía involuntariamente porque aborrecía cualquier viso de vanidad egoísta. Y él se encargaba de remarcarlo a cada oportunidad. Un grupo de enanos crecimos y nos apasionamos al comentario de actualidad devorando sus agudísimos artículos, que eran metralletas o cirugía láser, y pegando la oreja a la bocina de Onda Cero ya que dominaba el estribillo de una tarea titánica con naturalidad: Decir cosas constantemente y que sean cuando menos interesantes o novedosas. La labor más compleja de aterrizar a la hora de maquinar el artículo de mañana. No un vulgar recalentado de cualquier barra de bar, que suele ser un pecado recurrente del oficio y del que Gistau huía despavorido hasta cuando mezclaba en unos miles de caracteres a Alien con la República de Weimar, a su Madrí con Bobby Axelrod. Sigue leyendo

La normalidad del neonuñismo

FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley

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«Hace un par de años, compartí a través de estas columnas el miedo a que el neonuñismo imperante convirtiera el “més que un club” en “un club més”. Finalizado este experimento de mal gusto que consistió en destripar todos los principios fundacionales instaurados por el cruyffismo, Bartomeu y compañía van camino de convertir “un club més” en un club vulgar. Ya no solo incapaz de ser fiel a la senda del éxito, sino que fracasa en su intento de ser una institución medianamente normal y funcional.« Sigue leyendo

Lo de Aguayo

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

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Lo de Sergio Aguayo, es decir, la fantasía pseudojurídica que el juez Huber se ha inventado contra el analista para condenarlo a un pago de 10 millones de pesos es un ataque a la libertad de expresión, una salvajada censora y una atrocidad argumental de consideraciones peligrosas. Cualquier análisis del suceso y sus evidentes ramificaciones tiene que partir de esa realidad ineludible. Tampoco puede obviar, claro, otro hecho inobjetable: Que el caso es una vendetta de ese ángel de la creación (Siempre de acuerdo a comentadísima y finísima sentencia) llamado Humberto Moreira, que viene de muy lejos y que, por ahora, no parece que estén las garras de la 4T por ningún lado, más allá de las enfermizas obsesiones de algunas almas cándidas. Sigue leyendo