¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley
TODO “cambio de régimen” que se precie (Y aquí llega mi humilde: «aceptemos for the sake of the argument, please«) debe de tener una fuente inacabable de corifeos que rindan de forma descarada y desinhibida la rapsodia gubernamental para el pueblo llano. Y no cabe distinción aquí: Porque es fundamentalmente a lomos de este gobierno que se pretende (Dicen, dicen…) la toma y posterior transformación del Estado. La tuvo la Revolución (La 3T, en estricta neolengua), con la lista de panfletos que pululaban por ahí y que caían en las manos de quien pudiera leerlos para después diseminar aquellas fantasías y desiderátums, y la tiene, vaya si la tiene, la 4T, con métodos de propagación muchos más ad hoc para la época: afamados youtubers, ex analistas venidos a entregados escribidores, y todo aspirante con una computadora enfrente y varias bocas que alimentar dispuesto a pasar por la pila bautismal de la gente. Si es que el hambre ha sido siempre un escollo antiquísimo y muy escabroso de afrontar. Resulta, es innegable, un proceso socio-político tragicómicamente apasionante.