La penitencia de apretar los puños

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

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La fe católica debe ser inmensa e inconmensurable (Han pasado con auténtico vértigo los jefes doctrinales de esta grey de la creencia en la fuerza divina a la divinización en vida de sus súbditos terrenales. ¡Blasfemia!) y la cara que tienen sus dirigentes más larga que su espalda. Bajo esos dos supuestos, por supuesto no excluyentes, se puede entender con normalidad la posición que ha adoptado en las últimas semanas la Iglesia católica de Francisco, el afable Papa progre [sic], a propósito de los abusos sexuales cometidos a menores por sacerdotes y otros miembros de la Curia. No se pueden tocar ya que su condena no es de este mundo. En la vida terrenal, es decir, en la realidad, es lo que defienden cuando apelan a la sanción voluntarista de los golpes de pecho. No veíamos un ejercicio tan zafio de hipocresía doctrinal desde que este simpático reformista de papel couché, y otros miembros de alto rangoutilizaron su posición de emisarios de dios en la Tierra (Así será esta devastadora fuerza divina) y el peor dog whistling para insinuar la responsabilidad de los homosexuales en la plaga pederasta. Los embarraron con ese gravísimo delito como cualquier facha culpa a los judíos de cuanto le ocurre. Como si tuvieran un mal congénito. Para que entendamos la dimensión correcta de este insulto al sentido común y a toda una minoría históricamente perseguida. Insulto no rebatido, además, por esta aplaudida y blanqueada catástrofe moral que hay por Papa. Que es otro insulto en sí mismo. Sigue leyendo

¡Mejor las cabezas de caballo!

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

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Casi me parecen enternecedores estos nombramientos que van cayendo como cascada respecto a los distintos organismos autónomos (Así son llamados, respetemos las tradiciones y sus respectivas ficciones) que está haciendo a toda prisa el Gobierno y las respuestas que han merecido de parte de todo aquel con vela en el entierro. Desde los fieles entregados a la causa del lopezobradorismo, que salen en bandada a defender lo que se les ponga enfrente en cuanto salta la alarma con admirable y retorcido sentido de lealtad, los directamente implicados en esta operación masiva de llegadas y despidos y hasta el insulso intento de oposición, que existe sobre todo en redes sociales. Allí parece que la unanimidad que provoca el presidente López Obrador al exterior no penetra y su figura política es mucho más discutida. ¡Bienvenida sea esta nueva vara! Porque si uno se empeña en analizar estos movimientos con un poco de frialdad, vería que no es otra cosa que la asombrosa naturalidad con la que cada Gobierno va descabezando y agregando elementos de su cuerda a determinados puestos en estos so called organismos autónomos. Pero ahora parece que vivimos en un estado permanente de tensión. Es cierto que hay candidatos particularmente sangrantes y auténticos mártires, cuya exhibición en la arena pública es simplemente indescriptible como el caso de la inefable Guadalupe Escalante, que van ahí a las comisiones de investigación previas a su posible contratación a ser apedreados en diferido vía memes, pero si uno quiere ser carne de cañón, adelante, no seré yo quien se lo impida. Sigue leyendo

La última llamada del Txingurri

FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley

No me sale culpar de los estropicios constantes de sus jefes a Ernesto Valverde. Cabe la aclaración más allá de las puntuales quejas a su labor como entrenador del FC Barcelona. Desde sus rotaciones, a veces muy entendibles y otras francamente contradictorias, hasta su obcecación por determinados futbolistas que parecen imprescindibles en cualquiera que sea su sistema de elección. Solo hay uno, parece claro, que debería tener tal status privilegiado o acercarse a él. Y se le espera, ya que apenas regresa de su lesión y el equipo parece desarticulado por todas partes y poco fino en acciones básicas del juego, como desde hace unos años a esta altura de la competición. A falta de conjunción grupal, la respuesta, ¡Y qué respuesta!, es individual. Sigue leyendo

Condena tras condena

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

Jane Rosenberg

Recordemos con fría y prudente distancia que una de las grandes imágenes mediáticas del juicio al Chapo en Nueva York, del que fuimos teniendo detalles a fascículos, como si nos trajeran la cena por episodios, fue aquella mítica escena (Es lo que es y como tal hay que tratarla ética y periodísticamente) que llegó hasta las tendencias de twitter según la cual el criminal le había entregado 100 millones de dólares al presidente Peña Nieto en una sobremesa. Se sobreentiende, vaya, que para corromperlo. Sería un pleonasmo administrativo casi ofensivo. Ese intento de gobierno priista y sus tentáculos no fueron otra cosa que la corrupción misma. Pero fue uno de las primeros momentums del aparatoso proceso judicial. Fue el único necesario, en realidad. Y fue lapidario. Sigue leyendo

La amarga traviata de don Aristóteles

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

Pocas cosas demuestran con mayor, dolorosa y hasta tierna fiabilidad (Esa ternura que da presenciar como un espectador VIP un berrinche hecho un menor de edad) la decadencia intelectual y moral de una élite encantada de haberse conocido que los célebres tweets del ya ausente Aristóteles Núñez, el agraciado, lamentándose entre frase fúnebre y frase fúnebre por el hecho de que el voto de un pobre diablo valga lo mismo que el de un reputado empresario. Y el voto de un ignorante que el suyo, le faltó. ¡Como si fuera distinguible! Pocas cosas demuestran más este impotente despotismo iletrado, además de los enternecedores pucheros de señorito en su nube de algodón, que las ciertamente patéticas alabanzas de una legión de comunicadores rendidos a sus reflexiones [sic] de cuarentón parado y enojado con la muchedumbre a la que ahora no puede adoctrinar ni con los grados académicos que presume en el currículum, ni con los enchufes que su nivel de vida le permite. ¡Para ir a joderle la tarde al personal con rollos infumables ya están los bares!

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Al final, las fosas

¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley

Un Estado de derecho, democrático y moderno que se precie de serlo (¡Si es que podemos presumir de tamaña cosa!) no puede tener la cantidad ingente de fosas comunes y clandestinas que tiene México esparcidas por todo el territorio. De Tijuana a Cancún, de Monterrey a Tuxtla. Fosas por doquier en un país de masa continental. ¡Como si fuera esto una Siria tropicalizada! En sentida alusión a la tristemente célebre expresión krauziana. A partir de esto puede establecerse otra realidad desmoralizante: Es una aberración socialmente normalizada. Y es obligación del Gobierno de la nación enfrentar esta agravante situación que apenas, parece, se reconoció con franqueza y una catarata espeluznante de cifras. La actitud y la acción del peñanietismo en esto fue insultante para con las víctimas, las de los barrancos y las familiares, y para con el país en su conjunto. En ese depresivo y nefasto periodo el desfile interminable de cadáveres sin nombre fue creciendo de manera exponencial y el mutis gubernamental, descarado y paradójicamente sonoro, solo se pronunciaba a medida que las instituciones forenses no daban abasto. No hablemos ya del creador original de la criatura, el Capitán México, al que tenemos dando lecciones de estadismo como si lo único que le quedara fuese el residual papel de Pepito Grillo al oído de este gobierno. ¡Para lo que ha quedado esta extravagante conciencia moral! Sigue leyendo