¡AQUÍ SE JUEGA! | Jorge Ley
Acabo de revisar, arrepentido y ruborizado por la vergüenza ajena, un debate televisivo absolutamente estupefaciente sobre Venezuela que tenía a su insigne moderador, que por no moderar no moderaba ni su intento de pensamiento, negando la agenda mediática pública y publicada sobre el país bolivariano. Esta ignorancia del hecho mismo de la política internacional, que ha tratado en los últimos años de simple y llanamente golpear con descaro y perversa insistencia a cualquier político medianamente socialdemócrata del panorama mundial, inyecta al personal informado de una indefectible y saludable dosis de perplejidad. Es indudable. Pero aparentar y negar esta circunstancia al interior de México, donde hemos tenido campañas electorales fundamentadas básicamente en el ataque al demonio chavista de turno (¡Qué más agenda que esa!), solo puede ser producto de una ceguera ideológica de un calibre ofensivo para la inteligencia. Cuando no directamente de la mala intención. Muy parecido, claro está, a la alfombra con piernas en la que se convirtió el otrora ministro Castañeda con sus insostenibles elucubraciones pseudo intelectuales para justificar una insurrección sin base constitucional alguna. Por más que se repita retorciendo el derecho. Cualquier argumento que se deslice a partir de esa pueril y falaz premisa, la de la negación de la agenda, tiene la credibilidad que tiene. Sigue leyendo