FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley
Lo que suele suceder con las cosas que no se explican con precisión, o que no se explican en absoluto, es que luego uno tiende a especular por encima de sus posibilidades como si nos pagaran por ello. Y los quebraderos de cabeza son tantos, a veces estamos a punto de encendernos en combustión espontánea, que igual deberían. Si Soros paga hasta a quien no existe (Ojo, que lo dice Internet, así que debe ser verdad), qué menos que a quienes tratamos de entender los entresijos incomprensibles de tamaña votación. De ahí que, cada año, algunos sacan el ábaco, la calculadora, la regla y hasta el destapacorchos a ver si así se entiende el premio ahora denominado The Best, que en la tradicional decisión brillante de cada edición ha optado esta vez por dejar de lado a Messi, que es como olvidar las llaves al salir de casa.
Jorge Ley 