FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley
A Stamford Bridge saltó una fuerza de resistencia cuando había dudas de que el equipo de fútbol tuviese posibilidades de golpear a un Barça que llevaba como bandera el peso de la estadística favorable y el regreso a un juego más académico que el anarquismo posicional en el que se había convertido el luisenriquismo. Por ello Antonio Conte colocó a los suyos en sucesivas líneas que se movían al unísono con precisión suiza. Y cuando presionaban, avanzaban no juntos, pero sí coordinados, como si solo movieran la trinchera. Kanté fue, en ese contexto, la brújula que dictaba el norte del partido. Sigue leyendo