«¡Ay, sigue el cabrón dando guerra!»

FUEGO A DISCRECIÓN | Jorge Ley

Cuando peor lo llegó a pasar el Barcelona y el efecto Messi se perdía entre los lamentos de la gradería del Camp Nou como una foto en blanco y negro, la broma recurrente que empezó a correr por el cruel mundo de las redes sociales era que nadie podía frenar a Messi con mayor efectividad y aplicación que Bartomeu. Un presidente que, de tanta admiración y permanente convivencia, se empeñó en construirle con amor y dedicación una jaula tan especial que el mismo Mourinho envidiaría, aunque esta no involucrara a Pepe en el mediocampo haciendo de brazo ejecutor y a diversos compañeros lanzándose por las piernas del rival como monos a las lianas. Sigue leyendo