Fuego a discreción | Jorge Ley
Comprendo a Quique Sánchez Flores. La exhibición de Messi ha bastado para que las clases de ballet de Andrés Iniesta y la insistencia incansable de Luisito Suárez ante el Espanyol quedaran relegadas al segundo plano. Nunca al ostracismo, porque lo que es Iniesta o Suárez jamás irá al fondo a la derecha, como los estudiantes que se ponen en la esquina trasera del salón de clases para pasar desapercibidos. Sigue leyendo