Tebas en el paraíso

Fuego a discreción | Jorge Ley

Suele haber políticos que aspiran a convertir su ejercicio parlamentario y sus ruedas de prensa en una extensión de un partido de fútbol. De repente, y ante la intempestiva actualidad informativa, sale alguno pidiendo calma e ir «elección tras elección». El cambio de la corbata por la bufanda. Otros aspiran a transmutarse en la calle para decir que son «el pueblo» a punto de tomar lo que se les ha negado, sea esto una Copa arreglada desde un despacho oscuro o el poder institucional al que no puede aspirar por otras vías «la gente».

Un boomerang como gobierno

Jorge Ley

Escribía maravillosamente Carlos Puig en las páginas de Milenio que si Javier Duarte se había escapado del país, Hacienda, la fiscalía y la justicia, y se había subido a un avión haciéndole a su Veracruz querido una peineta particular para ofrecer su compañía en tierra extranjera a Guillermo Padrés, otro político y ex gobernador en modo de búsqueda y captura, lo que queda es apagar la luz e irnos. Yo agregaría en términos marxistas, de Groucho: «Que paren el mundo, que yo me bajo».

Larga vida al periodismo

Fuego a discreción | Jorge Ley

Lo que más me ha costado digerir en las últimas horas, más allá de la renuncia de Piqué a la selección española, son columnas como la de Alfredo Relaño en As, donde se desliza la típica «todo es culpa de las redes sociales» por respuesta. Desde que se inventó twitter la excusa del perro y la tarea pasó a mejor vida. La tesis implica, pues, que la red social es un ente que se agolpa en la puerta de tu cuenta personal o correo electrónico para pedir sangre y no existe otro remedio que escribir al dictado de quien quiere viseras y show mediático como si pagara tu salario.

Ecos de Balaídos

Fuego a discreción | Jorge Ley

Sin Messi, que es como perder en una turbulencia el secreto del éxito de la Coca Cola, parece que hay una constatación respecto al Barça más que demoledora: Iniesta no es prescindible. Porque más allá de tener un «Ikea en la cabeza«, como llegó a escribir Rubén Uría, es el único capaz de cargar con relativo éxito el papel estelar en esa travesía por el desierto que representa ser un equipo pensado al 100% en un alíen al que dejaron por tierras rosarinas recién nacido y entre trapos. Quien sabe desde qué lugar.